La enorme masa de agua que forma los mares y océanos de la Tierra está sometida a movimientos de diversa naturaleza, de forma parecida a como sucede en la atmósfera. El agua tiene menos densidad que el aire, pero más que la tierra.
Se pueden resumir estos movimientos en tres grupos: las olas y las mareas, que se perciben en la superficie, y las correientes marinas, que discurren por el interior y que son de una gran importancia en la determinación del clima.
Se pueden resumir estos movimientos en tres grupos: las olas y las mareas, que se perciben en la superficie, y las correientes marinas, que discurren por el interior y que son de una gran importancia en la determinación del clima.
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